¿Estás desarrollando en tus hijos las habilidades adecuadas?
Antes de comenzar, haremos un pequeño ejercicio:
De manera mental, piensa en todas aquellas habilidades, características y valores que te gustaría que tu hijo en la edad adulta tuviese en su día a día, esas habilidades que te gustaría forjaran el rumbo de su vida y lo conviertan en la persona independiente, con éxito y retribuible a la sociedad de manera positiva ¿Ya las tienes?
Ahora, la siguiente pregunta será igual de importante que la anterior:
¿Estás educando a tus hijos de tal forma que esas habilidades se estén formando en él?
"La mayoría de los padres aprenden a ser padres haciendo camino al andar" (Joan E. 2008, p. 4)
El desafío es enorme; tomar de la mano a un ser humano que recién comienza a vivir y dirigirlo por una senda de crecimiento que hasta para nosotros mismos resulta muchas veces una incógnita, ¿Te resulta familiar?
De pronto olvidamos que el rumbo de la crianza no es otra más que ser guía y convertir a los niños a nuestro cargo en ciudadanos de bien y funcionales con la capacidad de valerse por sí mismos en el mañana llevando una vida de plenitud.
Los adultos o la mayor parte utilizamos la disciplina punitiva, ¿Punitiva?. Es un estilo de educación basado en el castigo y en la imposición, que no tiene en cuenta las necesidades del niño y basa su efectividad en el miedo. El niño actúa por temor al castigo, pero no comprende lo que ha podido hacer mal, y no desarrolla un criterio propio. La disciplina punitiva puede tener efectos negativos en la autoestima del niño, además de provocarle resentimientos, rebeldía y deseos de venganza. La exposición al estrés y al trauma pueden tener consecuencias negativas a largo plazo para el cerebro del niño, mientras que hablar, leer y jugar con él pueden estimular el crecimiento de su cerebro.
Y entonces sucede que cuando nuestro hijo se equivoca, lo retiramos a un lugar aislado midiendo el tiempo de aislamiento en relación a su edad para que reflexione por lo que hizo, le obligamos a pedir disculpas por algún daño que haya ocasionado a otro, minimizamos sus sentimientos al decir "es un berrinche, debe aprender a que ese tipo de cosas conmigo no funcionan".
Tras una interacción con verdadero estrés por enseñarle a tu hijo que ciertas cosas que hace no son correctas la experiencia puede resultar exasperante, pero en realidad, estos sentimientos son habituales y completamente comprensibles en los padres, no nos hace malas personas o malos cuidadores sentirnos molestos o perder el control en determinados momentos ni tampoco nos hace los peores seres humanos el manejar ciertas experiencias tal como lo hemos aprendido, con la experiencia. Aunque existen miles de libros y páginas web que nos prometen el camino dorado a una crianza perfecta, la realidad es que cada hogar es un pequeño mundo por explorar y nuestra tarea deberá ser adaptar esa teoría a nuestra situación particular.
Y ahora, la pregunta del millón:
¿En qué momento empezamos a creer y tomar por hecho que para que los niños aprendan deben sufrir para ello? ¿Entonces qué queremos, cuál es nuestro objetivo con la disciplina?
Si te detuviste a pensar en ella en términos de control, este es el blog que te brindará un nuevo panorama y una estrategia que conlleve a mejorar la crianza de tus hijos o el cuidado de niños a tu cargo de manera respetuosa.
Antes de continuar y de manera informativa conviene recordar algunos derechos importantes y muy específicos que protegen la sana infancia de niñas, niños y adolescentes de manera oficial, si es de tu interés saber un poco más acerca de ellos, los puedes encontrar completos en la página de la CNDH, 2021.
Artículo VII: Derecho a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral: Niñas, niños y adolescentes tienen derecho a vivir en un medio ambiente sano y sustentable, y en condiciones que permitan su desarrollo, bienestar, crecimiento saludable y armonioso, tanto físico como mental, material, espiritual, ético, cultural y social.
Artículo VIII: Derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal: Niñas, niños y adolescentes tienen derecho a vivir una vida libre de toda forma de violencia y a que se resguarde su integridad personal, a fin de lograr las mejores condiciones de bienestar y el libre desarrollo de su personalidad.
¿Qué es lo primero que viene a tu mente al escuchar la palabra disciplina?
"El objetivo de la disciplina debería consistir en ayudar a los niños a convertirse en personas capaces, respetuosas y cooperadoras con múltiples técnicas sociales y de vida." (Nelson Jane, 2002, p. 28)
Supongamos por ejemplo: que tu hijo de 4 años te acompaña a hacer el super y pasando por aquel increíble pasillo de juguetes del que ningún niño se podría resistir, pide que le compren con todas sus fuerzas un carro y es, en este momento cuando se activa la muy ya famosa escena del berrinche ¿Qué haces? -si llevas puesto el piloto automático- es decir, si no te manejas en claridad de una filosofía acerca de qué harás, por qué lo harás (cuál es tu objetivo con esto) y cómo lo harás, quizás te manejes sin demasiada intención o reflexión y entonces ¿Será esta la peor reacción parental? No, pero podría ser mejor si nos manejamos con la intencionalidad de esperar que nuestros hijos formen habilidades y lecciones importantes, construyendo su personalidad y aprendiendo lo mejor de cada situación así sea una pataleta en el super o una caída en el parque.
"La disciplina positiva puede ayudar a los niños a aprender técnicas importantes en la vida como por ejemplo, la importancia de dedicar el tiempo necesario a serenarse hasta ser capaz de pensar con mayor claridad y actuar de una forma más reflexiva." (Nelson Jane, 2002, p. 25)
Por lo que una oportunidad para aprender del ejemplo anterior podría ser de la siguiente forma:
1 - Anticipación: ¿Vas a ir al super y sabes que puede haber cientos de estímulos dentro? Anticipate a ello, habla con tus hijos y comenta que irán al super pero que comprarán sólo las cosas que se necesitan en casa, no van a comprar juguetes o dulces o cualquier cosa que pueda resultar atractivo para ellos con el tacto necesario para que ellos comprendan la situación, importante que ellos sepan que se espera de ellos en determinadas situaciones antes de que estás sucedan.
2 - Respirar: ¿Anticipar no fue suficiente y tú hijo está pataleando? permite sentir el sentimiento o la emoción que surja en ese momento, no nos convierte en malos padres sentir molestia o desagrado porque tú hijo/a se encuentre tirado en el piso y llorando, también eres un ser humano, así que encuentra calma en cada respiración que des, solo manteniéndote sereno y regresando a la calma será el momento de conectar verdaderamente con tus hijos.
3 - Validar la emoción y nombrarla: un ejemplo podría ser: Entiendo que querer tener un juguete (o el objeto sea el caso) y que no te lo compre me parece que te está haciendo sentir (inserte la emoción) ¿Verdad? A veces yo también me siento así cuando no tengo algo.
4 - Ofrece opciones: Bueno, como habíamos hablado antes no podemos comprar tal cosa por ahora pero qué te parece si llegando a casa jugamos con tus juguetes un rato juntos o tenemos un momento de diversión, ofrecer alternativas que lo desconecten de esa emoción dominante es una buena forma de permitir la autorregulación, ofrecer también un momento de respiración padre-hijo puede ser otra forma de conectar.
5 - Ofrecer contacto físico: Si tú hijo te lo permite puedes ofrecer un abrazo, un beso, caricia o lo que creas que será bien recibido en ese momento, los niños como los adultos también merecen decidir sobre si lo reciben o no, recuerda que una crianza de respeto mutuo y amor es lo que intentaremos tener en mente todo el tiempo.
Animar a los niños a resolver a partir de la claridad que les brinda ser conscientes (no hablando en términos de control) de sus emociones permite generar creencias positivas sobre sí mismos, su mundo y su comportamiento y al mismo tiempo y así, generar soluciones a sus problemas de manera autónoma e independiente, ser capaces como papás de saber que los niños pueden generar sus propias soluciones es un paso importante dentro de la crianza respetuosa.
¿Qué pasa entonces con las consecuencias, tendré que dejar hacer a mi hijo lo que quiera?
La respuesta también es parte del método, a través de las "consecuencias naturales y lógicas".
Explicar las consecuencias naturales es sencillo y muy efectivo en el proceso de aprendizaje. Éstas ocurren de forma natural, por ejemplo: “cuando te paras bajo la lluvia, te mojas”; “si no haces tú tarea te puede ir mal en el colegio”.
Las consecuencias lógicas son un poco más complicadas. La intervención de los padres es requerida cuando la consecuencia natural no es apropiada porque puede ser dañina o puede herir a alguien (Carrasquillo, 2012).
¿Cuál es pues, el mejor método? CONECTAR Y REDIRIGIR.
La relación y conexión que tengamos con nuestros hijos será la pieza clave en todo lo que hagamos, cuando imponemos disciplina queremos unirnos estrechamente a nuestros hijos para demostrarles lo mucho que les queremos, de hecho, cuando se portan mal es cuando más suelen necesitar la conexión que se tiene con ellos, amar a nuestros hijos y darles lo que necesitan significa, en parte, proponerles límites claros y coherentes que establezcan estructuras previsibles en su vida así como establecer mayor grado de conciencia sobre sus propios actos. Tener conocimiento de que dentro de la sociedad hay reglas y límites tanto como en casa les permitirá entender el mundo: lo que es aceptable y lo que no, teniendo mayor éxito en sus relaciones interpersonales.
Pero sobre todo papás, recuerden que siempre será más fácil hacer cumplir o que un límite se cumpla si somos capaces de dar un buen ejemplo, la probabilidad de que un niño aprenda y respete un límite será más exitosa cuando papá y mamá también cumplan con su palabra en todo momento.
Por último, dejo algunos puntos importantes acerca de los criterios más importantes de lo que es y no es disciplina positiva y dentro de la bibliografía algunos libros que te serán de ayuda en este largo camino que podrán hacerlo más ameno.
NO ES:
Ser padres y madres permisivos.
No tener reglas, límites o expectativas.
Golpes o castigos que humillen al niño o alimentan la creencia "sufrir para aprender"
SI ES:
Contruir relaciones padres / adultos- hijos / niños de manera respetuosa.
Ayudar a comprender que su cerebro no funciona bien cuando están enfadados (aplica también para adultos).
Enseña autocontrol y autodisciplina.
Enseña habilidades que les serán útiles para toda la vida.(autorregulación, independencia, empatía, etc)
El abordar disciplina positiva en palabras concretas siempre será un reto para mí, pero lo que más he considerado como pilar fundamental en este modelo de crianza sin duda será la salud mental plena de cada persona que se encuentre atrás de la crianza de cada niño en este mundo. Una cosa puedo afirmar, educar no es fácil pero tampoco imposible.
Habrá que aclarar por otro lado, que la disciplina positiva no es una receta mágica con una serie de pasos e ingredientes lineales a seguir, lo que a mamá Elsa con su hija puede servirle tal vez a mamá Diana con su hijo no, después de todo cada persona en este mundo es un ser único e irrepetible, pero si hay una serie de técnicas que se utilizan que pueden adaptarse según las circunstancias en qué sucedan y sobre todo está filosofía habla de un crecimiento mutuo padres-hijos.
Un método de crianza que descarta completamente el miedo a equivocarnos y lo convierte en una oportunidad de aprendizaje siempre será un ganar- ganar, es preciso que por está razón tengamos a consecuencia adultos capaces de encontrar soluciones de manera humanizada a los retos que los niños experimentan, contemplando que se trata de un cerebro en desarrollo que busca la forma más adaptativa de manejar sus propias emociones, ¿Influye entonces la conexión que genere con mis hijos? Si, sin duda es un hecho que generarla hará que tus hijos encuentren en ti un lugar seguro, un hogar.
Texto por: Denisse Torres, Psicóloga.
Bibliografía:
Daniel, J. (2015). Disciplina sin lágrimas: Una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo. Barcelona: Mind Tour Brain.
Joan, E. (2008). Manual de disciplina positiva. Chile: Hibrydo.
Nelson, J. (2002). Disciplina positiva: consejos que invitan a la cooperación entre padres e hijos basados en la dignidad y el respeto. (S/L): Oniro.
Disciplina positiva: ¿Qué es la disciplina positiva?.
Disciplina positiva: Una herramienta para los padres.
Derechos de las niñas, niños y adolescentes.
La importancia de las experiencias en la primera infancia para el desarrollo del cerebro.
Imágenes: pxhere.com & pexels.com
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