¿Cómo lidiar con las emociones de mi hijo y las mías?
¡Dámelo!
¡Es mío!
¡No quiero!
Yo no lo quería así, no me gusta, (suspira con gran sentimiento y llora)...
Es mío y de nadie más, no quiero que toquen mis juguetes ...
¡Mamá, mamá, mamá! Hazme caso mamá (grita y llora; quieren las cosas inmediatamente)...
¿Te suena esto familiar?
Los niños al ser personas que van estrenando el placer de estar vivos todavía no controlan emociones, generan muchas y esto significa que es normal, ya que al ser nuevo en el mundo de tratar con otras personas y aprender todo sobre su entorno requieren de un aprendizaje y del amor de sus padres o educadores para aprenderlo de la manera positiva hacia ellos, sin pensar en el bien del adulto o de nosotros como responsables de que esto se lleve a cabo. Es normal una rabieta, o que se enfaden porque significa que están desarrollando una personalidad, y merecen ser guiados para que no se pierdan en el camino.
Hay que entender que todos somos diferentes y habrá berrinches más fuertes que otros, y que efectivamente existe una carga genética en esto, pero también es algo natural, es un proceso de vida, así como cada flor crece de manera diferente y a veces parece que se va a marchitar y luego de la nada florece, lo mismo ocurre cuando ves a tu hijo todo descontrolado, y sientes que es el niño más inquieto del universo, cuando tu universo se resume a probablemente menos de mil niños.
Es tu hijo, nadie más que tú le conoce mejor, y sino, existen profesionales que te apoyan o te guían, sin confundir que el corazón debe estar antes que el cerebro, ¿qué te dice el corazón cuando tu hijo te grita que lo sueltes y no quiere seguir tus órdenes?
Todo gira en torno a una espiral de rabietas, gritos, llanto y estrés.
Los infantes no comprenden por qué, la familia tampoco lo entiende y lo ignora.
Solemos temer al enfado de nuestros hijos, lo vemos como algo incorrecto o perjudicial; y cuando lo expresan a menudo de forma primitiva (patadas, gritos, tirándose al suelo), no lo soportamos. No somos capaces de entender que están en esa etapa de su desarrollo emocional en el que el enfado se expresa de ese modo, y que lo único que necesitan es a sus padres calmados y empáticos acompañando y entendiendo su enfado, ejerciendo de guías emocionales no de jueces.
Es imposible enseñar calma en esos momentos, si no la tenemos.
Es imposible evitar que los niños se enfaden, hacerles entender que es normal, que a todos nos pasa, podemos evitar que el enfado nos controle, no es que los niños no puedan controlar su enfado ¡es que no saben!
Los niños tienen dificultades para mantener sus emociones a raya, para controlar la agresividad, mantener la calma y no perder los nervios, es necesario no elevar la voz transmite a los niños la sensación de que los padres mantienen el control sin perder la autoridad, si reaccionamos con grandes aspavientos reforzamos su conducta, les enseñamos que con gritos se arreglan las cosas. No reaccionan de igual ante los estímulos, estando excitados o calmados; es fundamental darles tiempo, salir de la habitación y no hablar hasta que se hayan calmado del todo, tomarlos en brazos y llevarles a una habitación diferente con el contacto se calmarán poco a poco, se distraen y/o focalizan su atención en otra cosa
"En lugar de explicarle por qué la vida es normalmente difícil, quisiera concluir con una sugerencia amistosa. Tenga plena confianza en la capacidad de su niño para jugar. Si un niño juega,si un niño puede disfrutar del jugar, sea en soledad o en la compañía de otras criaturas, no se avecinan dificultades serias. Si en el jugar emplea una rica imaginación y experimenta placer con las actividades que dependen de una percepción exacta de la actividad externa, usted puede sentirse bastante feliz, aunque el niño se moje en la cama, tartamudee, tenga pataletas o padezca de repetidos ataques de rabia o depresión. El jugar demuestra que ese niño es capaz, en un medio razonablemente satisfactorio y estable, de desarrollar una forma personal de vida y de convertirse eventualmente en un ser humano completo, deseado como tal y bien recibido por el mundo en general."
"Donald W. Winnicott"
Técnicas para trabajar la rabia y el enfado con niños
Ayudarles a reconocer situaciones en las que se enfadan.
Contarles cuentos que hablen de su situación (sin llegar al reclamo).
Hacerles reflexionar sobre las consecuencias de los enfados.
No responder a su enfado con un enfado (cuidado cómo reacciones con los adultos, ellos imitan, no lo olvides).
Ayudarles a calmarse quizá con música o alguna actividad favorita.
Reforzar sus logros, (recordarles lo que han hecho perfecto, ellos solos).
Utiliza un globo y llénalo de aire
La rabia llena el globo dejamos que el globo se desinfle para que no explote, cierro los ojos y respiro profundamente, centrándome en la respiración, cada vez que soltamos el aire nos imaginamos el globo deshinchándose. Cambiamos los pensamientos que están en nuestra cabeza por pensamientos agradables, pensamos en algo que nos gusta. Hablamos y explicamos esas sensaciones y pensamientos, sin alterarnos. Cuando nos alteremos volvemos a respirar con los ojos cerrados.
La caja del enfado
Pensamos en algo que nos enfada mucho y abrimos la caja. El enfado que hay dentro de la caja lo simbolizo con una tela que me pongo encima y se apodera de mí y no me deja ni ver ni pensar con claridad.
Cuando tengo encima la tela (el enfado) me choco con los demás, tiro cosas sin querer, estoy confuso al no ver la realidad, como cuando estoy muy enfadado. Cuando tengo la tela (se sienta a meditar y podrá quitársela).
“Cuando meditamos el enfado desaparece”.
Garabato del enfado
Cogemos un papel y pinturas para dibujar. Pensamos en el enfado y empezamos a hacer un garabato muy rápido y fuerte, sin sentido, mientras gritamos para que nuestro enfado salga de nosotros hacia el dibujo. Cuando acabamos agarramos el papel y lo romperemos en pedazos para que la última pizca de rabia que quedaba se nos quite. ¡Qué liberación!
Dibujar y escribir
Podemos dibujar algo en concreto que se nos ocurre en ese momento, o hacer algo libre y abstracto que sintamos. Y si son niños mayores, ayudarles a escribir cómo se sienten. Liberan a través de las palabras escritas mucha rabia e ira, y les hace controlar mejor la situación antes de que les desborde. Podemos darle la opción de romper el enfado para que crean realmente que al romperlo el enfado desaparece.
Actitudes de padres/madres
Evita enfrentar y gritar cuando tu hijo está enfadado.
No intentes razonar cuando las emociones están desbordadas.
No le pegues, bajo ninguna circunstancia.
Si es necesario, retírate hasta que recuperes el control.
Evita amenazar con castigos exagerados.
Refuerza la importancia de mantener el respeto mutuo
Mantén las vías de comunicación abiertas.
Recuerdo cuando era niña, que siempre me guardaba mis emociones y sentimientos. Por temor a la reacción de mis padres, ya que eran de carácter fuerte; mis padres no sabían cómo abordar la situación esa es la gran realidad. No sabían cómo lidiar con las emociones de mi hermano o las mías, ni las propias.
Y como ellos muchas familias más pasan por lo mismo.
Es difícil quedarte con esa angustia apachurrando tu pecho al ser incomprendido o que ni siquiera te dieran la oportunidad de expresarlo, no se lo deseo a nadie.
Nunca dejes de lado lo que pueda estar sintiendo tu hijo, acompáñalo, escúchalo siempre, y por supuesto dale un abrazo, que sepa que a pesar de todo estás ahí y lo amas.
Todo niño merece ser escuchado, comprendido y sobre todo amado.
Si queremos que nuestros niños sean capaces de contarnos cómo se sienten, debemos crear un clima de confianza y armonía, donde sientan que pueden expresarse sabiendo que sus emociones no serán cuestionadas ni invalidadas.
Somos un modelo y patrón a seguir, los niños nos necesitan más que nunca, acompañémoslos en cada una de sus etapas. Trabajando junto con ellos la regulación emocional.
La etapa de las rabietas es buena y pobre del niño que no la pase, porque eso quiere decir que no tiene ideas propias o que le han machacado tanto que ya ha dejado de defenderlas.
-Rosa Jové-
Bibliografía: Como manejar la rabia y el enfado.
Tania García (2020) ¿Qué necesito cuando me enfado?. Penguin Random House Grupo Editorial España
Textos: Mariela Castellón - Psicóloga Infantil.
Imágenes pxhere.com
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